sábado, 16 de agosto de 2008

Carrera Popular de Seseña


Desde junio hacía que no corríamos y elegimos para volver un lugar discreto, la cuna de Paco el Pocero, el de las ciudades fantasma, el de los proyectos sin fin. Aunque eso es Seseña Nuevo y nosotros estábamos en Seseña Viejo, que todo hay que hay decirlo.
10 km, y mucho calor. Llegamos sobre las 8 y medía de la mañana, poca animación. Damos el paseillo tradicional, charlando con los lugareños tempranillos, y nos apuntamos. 5 euros, demasiado pienso yo, pero ya sabemos que lo que pasa en las grandes ciudades poco a poco es copiado en los pueblos. Es la moda, hay que pegar buenos estacazos, que si no la prueba no tiene caché.
Hay buenos galgos, demasiados para nosotros. Se da la salida en la plaza del pueblo. La animación ha subido bastante. Mi sobrino se marcha por delante intentando seguir a un grupo comandando por un tal Josue del CAP. Mi padre, Ruben y yo vamos juntos, restregándonos el sudor, que aquí todo se comparte. Constan tranquilo, para que correr si soy un tio con suerte.
El recorrido es pesado. Dos vueltas a un circuito que transcurre en su mayor parte por rectas largas de urbanizaciones. En la primera vuelta, mi padre se descuelga y vuelve a enganchar. Mi cuñado no lleva buena cara, y yo no voy mal del todo. Al paso por la plaza, mi padre empieza a descolgarse definitivamente. Llevo delante a un payaso que no hace más que meterse por el centro de las glorietas, y encima se ríe, no se de que. Fui casi toda la carrera detrás de él, le pasé a falta de dos kilómetros, y facilmente corrió 500 metros menos. Tramposo, deleznable.
Mi cuñado se queda en la tediosa subida urbanizada. Yo pongo velocidad de crucero, o al menos eso pienso yo, y voy pasando gente, entre ellos a mi amigo el payasete, que ya era increpado por muchos. El calor ya apretaba bastante, pero yo voy bien. En la segunda vuelta no fui pasado por nadie. Acabé en 47 min. y pico. Mi cuñado entro a unos 40 segundos y mi padre a un minuto y algo.
Mi sobrino que llegó hace una semana de Seattle tras un viaje interminable con paradas en San Francisco y Amsterdam, mal. En el km. 7 tuvo que echar pie a tierra y andar unos metros. Ha venido desfondao el chaval. Esta semana ha empezado a entrenar en condiciones, a ver si es recuperable, je,je.
Y en los trofeos, sorpresón, campanada de mi padre, el veterano del Vietnam, que consiguió la segunda posición en la categoría de más de 55 años, teniendo el 63. Segunda vez que sube al podio y esperamos no sea la última. Enhorabuena.
Y en los sorteos del final, Constan va y se lleva una cafetera. Y luego para el chalet a darnos un bañito, y comentar las incidencias con unas buenas cervezas, que eso es lo que tiene el verano.

No hay comentarios: