Se puede decir que es la primera decepción que me llevo con el maestro. En su último film, rodado en poco más de una semana, el genial director da una vuelta de tuerca al sufrimiento y las relaciones de pareja vistas en la esplendida "Hierro 3".
Cuenta la relación que se establece entre una mujer que sufre la infidelidad de su marido y un condenado a muerte con tendencias suicidas. Son personajes al límite del sufrimiento, que encuentran en esa relación un punto de evasión en sus vidas.
Kim Ki Duk se puede acabar convirtiendo en una especie de Woody Allen del sufrimiento. Sus historias suelen ser parecidas, pero siempre sorprenden, aunque en este caso, algo menos. Habiendo hecho "Hierro 3", considero a este film innecesario. El film se puede ver, y mezcla escenas de indudable y redundante belleza, como la camisa blanca planeando sobre el suelo gris, con situaciones descolocantes, como esos números musicales, que uno no sabe si son obra de un iluminado, o de un embaucador. Ya sólo me falta un film del director por ver, "Domicilio Desconocido", cuando lo haya hecho, habré cuadrado el circulo.
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