martes, 21 de junio de 2011

Acabó The Big C




Si alguien me pidiera que le recomendara una serie, no tendría ninguna duda. The Big C es la serie que todo el mundo debería ver. Los 26 minutos que dura cada episodio se pasan en un suspiro y pasamos de la sonrisa a la contención lagrimal en un momento. Pero no nos asustéis, The Big C no es ñoña. Para nada. Trata un tema tan peliagudo como el cáncer desde un punto de vista nuevo, fresco, aunque sin perder de vista que estamos hablando de la muerte.


Los 12 episodios de esta primera temporada los he devorado sin ningún esfuerzo. Yo soy más de series masculinas donde Draper y compañía hacen estragos con su gatillo fácil y su parco discurso. Aquí la feminidad manda. Pero lo que podía ser un handicap ( al menos para mí), se convierte en su punto fuerte al contar con una mayúscula actriz como Laura Linney. El trabajo de la rubia actriz es sublime, consiguiendo hacer creible y salir triunfadora de una aproximación tan delicada a un tema tan oscuro como el cáncer. El resto del reparto esta lleno de personajes entrañables, como el hermano vagabundo y un punto anárquico, el marido gordo y perdido, el hijo (uno de los mejores) que siente poco y se avergüenza mucho, la negra gorda (la que menos me gusta), y el gran Idris Elba (Luther, The Wire) echando unos polvos revitalizantes a nuestra rubia protagonista.
Para el final dejo el último capítulo donde las pase putas. Y no porque no me gustara, que me encantó, pero esa escena final hizo trizas mi pobre corazoncito y tan solo la presencia de mi mujer que estaba en el salón recogiendo y completamente ajena a mis sentimientos hizo que no me desbordara y rompiera a llorar como hace mi Marquito. La escena final es preciosa, completamente enternecedora y me dejo en un estado de un buen rollo triste que me encantó. No recomiendo esta serie, directamente la pondría como tarea para el verano. Todo el mundo a ver The Big C.

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