jueves, 26 de enero de 2012

Drive (9/10)



Drive es rara, fria, hipnótica. Como su protagonista, un Ryan Gosling cada vez mas contenido, cada vez más ajustado en sus papeles. Drive es un tempano de hielo que produce quemaduras. Cuidado, material peligroso no apto para mentes torpes y estómagos sensibles. 
Podríamos hablar de la historia, de la que más abajo adelantare algo, pero la grandeza de Drive no es lo que cuenta, sino como lo cuenta. Una factura impecable. Un videoclip perfecto. Unos trazos ochenteros. Pero ochenteros no de los siempre reivindicados Gonnies. Ochenteros de Don Johnson, ochenteros de Taxi Driver, ochenteros del tecno pop. Un cruce imposible entre Corrupción en Miami (la buena, la que dirigía Michael Mann) y Blade Runner. El estilo, la factura del film nos transporta a esta clase de obras donde los sentimientos están soterrados, donde la música expresa lo que el interprete se calla. 
La película está salpicada de temas actuales con reminiscencias ochenteras que componen una banda sonora excelsa. Parte de la creciente atracción que he sentido por esta película ha sido motivado por su música. Temas que podían haber sido compuestos hace años por algún productor italiano aquí se funden con las imágenes, consiguiendo un resultado memorable. Pocas veces imagen y sonido han estado tan bien hilvanadas. 
Tendría que hablar de la historia, pero me da pereza. No es lo importante de este film. Lo importante son sus retazos mansos, sus estallidos de violencia para volver al reposo, al control de las emociones. Lo importante es la chaqueta con la que Ryan Gosling nos muestra su estilo. Nos muestra quien es. Alguien tranquilo. Alguien que no busca un motivo.Alguien que no puede escapar a su condición. 

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