Podría dar varias razones por las que Lío Embarazoso es una de mis comedías favoritas del año. Quizá, por frases como "Bonitas piernas, a que hora abren", o porque al protagonista le da por culo Matthew Fox, el pesado de Jack en Perdidos (Sawyer forever), o por esa escena de sexo en la que mientras escuchan el "If you let me stay" de mi ídolo adolescente Terence Trent Darby, él esta obsesionado con lo que le va a dar un pollazo al feto.
Estas y otras muchas razones hacen de Lío Embarazoso una golosina para los que gusten de buen cine. Personajes entrañables, con unos diálogos certeros, frescos. Hombres que no quieren crecer y mienten para preservar su pequeña parcela de intimidad. Mujeres maduras, pero inseguras. Si Supersalidos mostraba el complicadísimo tránsito hacía la adolescencia, aquí estamos en palabras mayores, compromiso, responsabilidades. La angustia por la vida que se deja atrás y no va a volver, se mezcla con la ilusión ante lo que viene. Pero una vez que llega "el tesoro" todo cambia y todo cobra sentido.
Estas y otras muchas razones hacen de Lío Embarazoso una golosina para los que gusten de buen cine. Personajes entrañables, con unos diálogos certeros, frescos. Hombres que no quieren crecer y mienten para preservar su pequeña parcela de intimidad. Mujeres maduras, pero inseguras. Si Supersalidos mostraba el complicadísimo tránsito hacía la adolescencia, aquí estamos en palabras mayores, compromiso, responsabilidades. La angustia por la vida que se deja atrás y no va a volver, se mezcla con la ilusión ante lo que viene. Pero una vez que llega "el tesoro" todo cambia y todo cobra sentido.
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