Después del pinchazo que sufrí la semana pasada en San Jose de Calasanz y sin haber podido entrenar debido a mi maltrecha rodilla me dispuse el domingo a disfrutar de un agradable paseo de 10 km. por la Casa de Campo.
La salida, tumultuosa, sin alfombrilla. Llevo los codos bien abiertos, para evitar que me arrollen. El que quiera pasarme, que se lleve un buen recuerdo. El primer km. en 5m. más o menos juntos. Mi cuñado, loco por la música, empieza a despegarse. Mi padre, Constan y yo le seguimos. Mi sobrino más atras, en plan pachanga. Km. 2 las cosas se empiezan a poner serias. Mi cuñado se sigue distanciando. Mi padre y yo a unos 100m. Mi sobrino empieza el partido y se larga sin despedirse siquiera.
Empieza la primera subida. Nos acercamos a Ruben. Mi padre flojea, sus molestias en el ojo (acabó en el hospital) no le dejan disfrutar. Bajada pronunciada y otra subida larga. Me quedo sólo en la persecución de mi cuñado y a partir de ahí, 100 m, 50m, me saca 12 puestos, me saca 6, así hasta falta de 1 km. y medio que le tengo a unos 20m. 4 puestos por detrás. Pues no fuí capaz de echarle mano. Hoy era su día. Me faltó el cambio de ritmo final. Hay que entrenar más.
Mi sobrino entró en 42,25. Ruben 45,37. Yo 45,50. Mi padre 48,00. Constan 51,22. Maxi y Guerra (último fichaje) 57,40.
Nunca había corrido por la casa de campo, y está bastante bien. Aunque 8 euros por una camiseta con la foto de Abel Antón y Martín Fiz (ganador de la prueba) me parece abusivo. Dentro de 2 semanas Cercedilla. Las espadas entán en alto. Quiero revancha.
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