miércoles, 26 de diciembre de 2007

Soy leyenda (6/10)


Me ha dejado sensaciones agridulces esta película. Podía haber sido mucho más de lo que en realidad es, un aspirante a taquillazo del año. Tras una primera hora bastante aceptable y prometedora, en su tramo final se desmorona y hace aguas por todos lados.
La historia ha sido llevada ya al cine en dos ocasiones. La última vez la había protagonizado el mítico y armado hasta los dientes, Charlton Heston. Las tres películas están basadas en la mítica novela de ciencia ficción de Richard Matheson. Un virus ha acabado con el 98 % de la humanidad. La mayoría de los que han sobrevivido se han convertido en vampiros hiperviolentos. Unos pocos resultaron inmunes y sobreviven a duras penas. Entre ellos está Robert Neville, que no desiste en su propósito de acabar con el virus, mientras evita las dentelladas de los vampiros.
Todo cuadra, vampiros, Will Smith, el apocalipsis va a llegar... suena a taquillazo, peliculita ligera y sigo siendo el rey. Pero a mi, Soy Leyenda, me descuadra. Comienza y transcurre de un modo reposado, muy alejado de películas tipo Residente Evil. La única compañía del protagonista en su perra y los momentos que comparten ambos son los mejores del film. La soledad, y la necesidad de socializarse están presentes en esa primera hora. Pero coincidiendo con la aparición de los otros humanos, una mujer y su hijo, la película empieza a descarrilar para desembocar en un final precipitado en el que el héroe se sacrifica para la humanidad. Muy del gusto de Hollywood. Hay que decir que este final no tiene nada que ver con el libro, donde Robert Neville empieza a cuestionarse hasta que punto es él el bueno y los demás malos. Su evolución le lleva a convertirse en un monstruo sin sentimientos que no difiere mucho de los vampiros.
Una película desaprovechada, que consigue su objetivo (ganar dinero, cual si no), y encumbra a Will Smith como la estrella más taquillera del firmamento mundial. Quien le ha visto y quien le ve, cuando iba por Bel-Air con su primo Carlton y su tio Phil.

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