Acabo de ver el octavo y último episodio de la tercera temporada de Misfits y no salgo de mi asombro. Se cierra el circulo, la trama y lo que haga falta. Si esta tercera temporada representaba un bajón con respecto a las dos anteriores con este último capítulo se han resarcido y vaya si lo han hecho.
Tras la baja de Nathan al que le he echado muchísimo de menos, lo he pasado un poco mal con Rudy, pero poco a poco me voy haciendo a él, aunque nunca será como el ricitos. Ese chaval tenía algo, esperamos que lo refrende en el cine. Pero vayamos con esta tercera temporada que pese a arrancarme risas y algun buen momento no terminaba de engancharme como lo había hecho antes. Hemos asistido a nazis, zombies, viajes temporales y todo lo que se nos pueda imaginar, pero la chispa se había diluido algo. Todo esto hasta este último episodio, que me he puesto a verlo totalmente ignorante incluso de que era el cierre de temporada. Me lo estaba pasando muy bien, he dicho varias veces que pedazo de episodio, y para los diez minutos finales a empezado a rodar la maquinaria argumental, donde todo cuadra, todo encaja en su sitio y me ha dejado tiritando, con dos de los personajes principales out, y yo diciendo no es posible, no es posible. Tendrá que pasar algo, algun nuevo poder que lo remedie. Pues no. No hay nuevo poder. Una muerte y uno en el limbo. Y de regalo he vuelto a ver a mi ricitos. Que más se puede pedir para un final de temporada. Memorable.
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