Siguiendo la recomendación de Victor, con el cual hacía tiempo no coincidiamos en ninguna carrera, nos fuímos en la tarde-noche del Sabado a Toledo, ciudad mil veces visitada por mí, pero no por eso deja de ser una de las ciudades más bonitas en las que he estado.
La carrera tenía numerosos atractivos. El principal, el discurrir integramente por el casco histórico de Toledo, una de las ciudades más bonitas de España. Otro, su metraje, 6 km, la hacían una prueba ideal para probar como estamos de ritmos altos. Hasta mi sobrino, otro enamorado de Toledo, se apuntó a ultima hora.
Tras aparcar, paseo de rigor, y reencontranos con Victor, nos ponemos en la linea de salida. La pistola no funciona y parece que va a haber algo de retraso, pero de repente, se da la salida a viva voz. Y me pilla en fuera de juego. Lo que siempre le digo a Lucas, que esté atento a la salida, no lo hago yo. Me pilla con el ipod, en pleno proceso de selección de canciones. Se sale como en estampida y me pasa algo que creo nunca me ha pasado en ninguna carrera. Me quedo como aturdido. El griterío, la gente y las curvas cerradas, y yo con mi ipod. Una curva cerrada a la derecha, y a correr. Solucionado el problema del ipod, vendría el recorrido. La palabra rompepiernas se inventó para esta carrera. Cuestas cortas y empinadas. Calles estrechas. Curvas cerradas. Imposible coger ritmo.
Habiendo pasado tiempo, reconozco que no estaba preparado mentalmente para esta prueba. A partir del km. 4 sufrí en demasía. Pero en ningún momento tuve la sensación de dominar la prueba. Más bien, el recorrido me dominaba a mí. Tenía la sensación de querer domar a un caballo salvaje y fracasar en el intento cayendo al suelo una docena de veces. Llegue en 27 minutos y pico, con el corazón saliendome del pecho y sudando como pocas veces.
Una vez dicho todo esto del recorrido, he de reconocer que es una carrera preciosa, con muy buena animación y un recorrido precioso. No descarto volver el año que viene, pero con la mentalidad adecuada.
Los tiempos fueron los siguientes:
Victor, puesto 174 // 26.23
Ruben, puesto 187 // 26.38
Yo, puesto 234 // 27.15
Rubencín, puesto 269 // 27,41
Mi padre, puesto 552 // 31.01
Constan, puesto 744 // 35,18
Entre Victor y Rubencín, minuto y veinte, con lo que las diferencias entre nosotros fueron escasas. Lo que está claro es que fue dura para todos. Mi padre por debajo de su nivel habitual, aunque luego se desquitaría la semana siguiente en Montfragüe. Constan en su linea.