lunes, 30 de diciembre de 2013

San Silvestre Mostoleña (2013)

Y llegamos a este sábado y a la primera de las dos San Silvestres que voy a disputar este año. Mostoles, pueblo que conozco muy bien, ya que me tire cuatro años de mi vida trabajando cerca de la C/Villaamil. Por entonces era un pringaillo, no un respetable ujier como soy ahora, con corbata y galones. 
La carrera era a las 6 y media de la tarde, y poco sabía del recorrido. Yo pensaba que iba a ser como una pista de atletismo, dando vueltas a una calle que sube y baja. Lucas se puso malo por la mañana y estuve a punto de no venir, pero al final y apurando conseguí estar en la linea de salida. Calentando nos encontramos con Guillermo un amigo de mi sobrino al cual hacía una eternidad que no veíamos. Se une al grupo y a la linea de salida. Allí esta Murat, el niño de Mostoles, que quería ser profeta en su tierra y con la familia animándole dejar el pabellón bien alto.
Se da la salida y como siempre me toca intentar seguir la estela de mi cuñado. Cuesta un poco coger el ritmo, no tanto porque haya una multitud sino porque las calles no son muy anchas. La animación es espectacular. No llega a Toledo, ni mucho menos, pero se puede decir que es una de las carreras con más animación de Madrid. A mi por lo menos me pareció una carrera bonita y muy acogedora. A los 500 mt. ya voy con mi cuñado y me pongo a su rueda. Se que tengo que aguantar los primeros envites y ya veremos si luego flaquea o el que flaquea soy yo. De Murat ni idea, pero al ritmo que vamos, casi en 4 minutos el km. dudo que vaya delante. 
Después de unos ringorrangos que me despistan, empezamos la bajada de la Calle Villaamil. Ahí mi cuñado aprieta y por un momento pienso que me va a soltar o que tengo muchas posibilidades de reventar. Curva, y a empezar a subir la 2 de mayo. Me pongo a la altura de mi cuñado y le veo que pierde la iniciativa. Sin incrementar el ritmo, poco a poco se va despegando. El duro trabajo que tiene ahora le va haciendo mella. Es normal. Saludo a mi madre que está entre el público animando. Choco la mano de los niños que me la ponen como si fuera Chema Martinez. Todo es felicidad. No hay dolor. No hay cansancio. Vuelvo al callejeo, y otra vez a bajar. Mi reloj Nike no se ni que coño  me está marcando, y encima los kilómetros no están marcados en el recorrido, con lo que voy completamente a ciegas del tiempo que puedo hacer. 
Empiezo la subida otra vez del 2 de mayo y el cansancio empieza a asomar la cabeza. Pero se que que debe quedar poco. Saludo a mi madre, ya no choco las manos de los niños. Curveo, subo una cuesta, y aprieto, ya debe quedar poco. Subo otra cuesta. Vuelvo a pasar por delante de mi madre, pero ya huele tanto saludo. Bajo un poco, y subo. ¿Cuando coño se acaba esto? Voy ya que no puedo. Pero digo, una curva y ya esta, que ya oigo la música y al locutor. Subo, curva, su puta madre. Otra subida. Digo, otra vez mi madre seguro. Parezco una peonza. Al final entro en meta, casi sin saberlo. Cansando y desorientado, pero contento porque se que he hecho una buena carrera. La camiseta de las mejores que me han dado, una joma de manga larga. Como aperitivo de la Toledana no se puede pedir más. Seguro que repito. Los tiempos fueron:



88 Guillermo 31,24
158 Yo 33.54
229 Ruben 35,46
289 Murat 37,04
446 Mi padre 40,11
687 Constan 45.35
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