viernes, 11 de julio de 2008

Funny Games (6/10)


Tengo que reconocer que he llegado virgen a esta película, desprovisto de los prejuicios y la superioridad que te da el haber visto la anterior versión y decir "la primera es la mejor y más autentica", que bien queda decir eso.

Michael Haneke es un director muy considerado por la crítica y yo tengo que ser un poco lerdo porque no le pillo. Y mira que lo intento, pero con Cache ( Escondido) fracasé estrepitosamente. Me aburrí, pobrecito de mi.

Así que desconociendo las supuestas virtudes de la anterior versión, me limitaré a enjuiciar esta. De salida, nos muestra la apacible y triunfadora vida de un matrimonio con su hijo en una vivienda de recreo. Juegan a descubrir canciones y a botar su barquito. Deporte, relaciones con sus vecinos... pero todo esto lo rompen dos hijo putas con pinta de no haber roto un "huevo" en su vida. Cuando estos aparecen entramos en una espiral de violencia, más psíquica que física. La pareja de jóvenes tortura con una verborrea retorcida y cansina. Esos diálogos revenidos con los que juegan los psicópatas son peores que la tortura física. Casi deseas que los maten de una vez, pero que se callen. Hay muchos adjetivos que acompañan a este film, repulsivo, brutal, insoportable, etc. Yo lo definiria con una expresión de andar por casa, "te pone de los nervios".

Haneke juega también, invitando al espectador a sumarse a la tortura. A mitad del metraje, el film alcanza su punto más alto, con la mirada del niño, como incomodador oficial. A raíz de la primera muerte (no desvelaré de quien, pero impresiona) las reacciones de los personajes se tornan incomprensibles y absurdas. Al final recupera mínimamente el pulso, pero al menos para mí, ya fue demasiado tarde.

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