viernes, 4 de julio de 2008

La Soledad (8/10)



En su segundo film, Jaime Rosales nos plasma la vida de dos mujeres y su entorno. Sus banalidades, sus desgracias y sus contadas alegrías, si es que las hay, que mira que hay que ser optimista para ver alegrías en este film.
Por un lado está Adela, joven separada y con un hijo de un año de edad, que se muda a Madrid, para compartir piso con otros dos jóvenes y tras una fácil adaptación, un atentado terrorista con fatales consecuencias la dejaran sumida en La Soledad del título del film.
Por otro, Antonia, madre de tres hijas (una de ellas compañera de piso de Adela), que disfruta de una agradable vejez en compañía de Manolo. Esta vez será un cancer de una de sus hijas y los problemas entre las otras dos las que harán tambalear su vida.
Tras ver Las horas del día, donde Rosales también hacía un ejercicio de la cotidianidad, sobresaltados por asesinatos que nos despertaban del letargo, observamos como aquí, escarba más en el día a día, en las comidas (que juegan un papel importante), en la plancha, sentarte a una terraza a tomar algo. Es la vida, sin condimentos, aburrida casi siempre, y cuando nos sobresalta suele ser con malas nuevas. Jaime Rosales tiene que ser un pesimista de cojones. A lo mejor con todos los premios que recolecta y si estos se traducen en dinero, nos regala en su tercer film algo positivo.
Y que decir de la tan comentada polivisión, esa división de pantalla en dos, que te permite estar observando dos puntos de vista distintos de la acción. Nos hace más voayeres, y a mi me ha gustado, aunque supongo que es recurso de una sola película.
La Soledad es recomendable, aunque desde luego, te deja frio, como muchas veces es la vida, insulsa, sin gracia. A ver si me veo la nueva de mi colega Appatow (Supersalidos) y me despierta de mi letargo veraniego.

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