jueves, 26 de julio de 2007

Crónicas


Se debate en la temida linea entre el suspenso y el aprobado por lastima la nueva película del ecuatoriano Sebastian Cordero. Y es una pena, porque el argumento tiene un planteamiento interesante, un grupo de periodistas busca la noticia que los consagre, el descubrimiento y posterior captura del "Monstruo", un asesino y violador de niños. De este modo, se reflexiona sobre el papel de los medios de comunicación y su influencia sobre la justicia y la sociedad en general.
El director sitúa la trama en un arrabal del interior de Ecuador, donde la extrema pobreza se da la mano con las justificaciones. A medida que avanza el metraje se irán encontrando la moral con la ambición, la integridad con el ego.
¿Cual es el problema entonces? Pues que pese a ser una buena historia, la película descansa sobre los hombros de un actor principal de saldo, John Leguizamo, que no esta ni para secundario. A su lado, la siempre solvente Leonor Watling se ve arrastrada por su propio personaje que presa de un guión deficiente no alcanza a dar la réplica al que interpreta Leguizamo.
Como recomendación, decir que si alguien la ve, que lo haga en VO con subtítulos, porque se pasan verdaderas dificultades para comprender tanto los diálogos en castellano, como los hechos en ingles, sobre todo cuando habla el señor Leguizamo, que podía empezar por aprender a vocalizar.

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