
Le han dado toques modernos con el actor cool del momento, Shia Labeouf, y con Sarah Roner, chica cañón que releva a la pavisosa de Grace Kelly. Nuevas tecnologías, música juvenil y un asesino en serie que perturba a los vecinos.
Hay escenas realmente buenas como la incursión en territorio enemigo que hace el amiguete chino retransmitido vía internet, pero la mayor parte del metraje se pierde en los devaneos pajilleros del protagonista.
Disturbia está más cerca de American Pie que del gran clásico en el que se inspira. Hay que ser un poco más serios.
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