Me puse a ver esta película sin ninguna motivación especial, tan sólo una reseña de Boyero, con el que no suelo coincidir mucho en gustos, por lo que me ha supuesto una grata sorpresa encontrarme con un film digno, que te logra embaucar con su acusada sensibilidad.
La relación entre dos niños afganos, con un suceso terrible que cambiará las vidas de ambos, y las consecuencias que vuelven cuando ya son hombres, y uno de ellos está comodamente instalado en la sociedad norteamericana y tiene que volver a su país natal en pleno conflicto civil.
Temas como la culpa, remordimiento y la amistad están presentes en la adaptación que hace el director Marc Foster (Monster Ball) del bet seller de Khaled Hosseini. He leído algunos comentarios después de verla y algunos la acusan de sensiblera, superficial, etc. Pudiendo estar de acuerdo en que a veces puede caer en eso, tampoco me parece que llegue a extremos cercanos a la cursilería. Me recuerda un poco a lo que pasa con grupos como Coldplay, que por que hacen canciones con un punto intimista y sensiblero, ya se les tacha de ñoños, y como que nos diera verguenza el que nos gustara. Queda mucho mejor decir que te gusta gente como Bjork o Radiohead, aunque lleven años sin hacer una canción potable.
Es una película no recomendable, sino de obligada visión para todo aquel que todavía crea en el poder redentor del cine, y que quiera salir del cine considerándose mejor persona, ahora vais y lo cascáis.
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