Hemos vuelto a Segovia este año y no me ha dejado buen sabor de boca. Y no ha sido por la carrera que sigue mereciendo la pena, sino por las sensaciones que me ha dejado que han sido bastante malas.
Hay que ponerse en situación. El sábado estuvimos comiendo en Casa Mingo, comí muchísimo y parece ser que no me sentó muy bien. El problema es que a Lucas tampoco y tuvimos noche toledana. No pude dormir ni media hora. Lucas llorando y yo con unos dolores de tripa provocados por los gases debido seguramente a la botella de sidra que me había metido. Así que cuando me sonó el despertador a las 6 y medía no hizo falta que me despertara. Ninguna gana de correr, casi me quedo en casa.
El camino hacía Segovia se me hizo eterno. Encima nos metimos por el puerto de Navacerrada y me empezé a marear con lo que cuando baje del coche tenía muchas ganas de devolver que de correr.
Antes de empezar, todavía quedaría la fase escatológica de la que me voy a ahorrar los detalles, porque todavía se me revuelve el estomago.
Así que en estas condiciones salí a correr. Los 3 primeros km. para arriba, subiendo e intentando coger ritmo. Sudando como un pollo. Mi padre se descuelga rápido y voy con mi cuñado. Hacía el km. 7 ya no aguanto más y me quito la camiseta interior. Si sigo así, me voy a deshidratar de lo que voy sudando.
Empiezo a respirar. Ya no tengo tanto calor, pero la carrera es un suplicio. Mitigado un poco por la gente que se echa a la calle y nos anima, pero estas subidas son infumables.
Hacía el km. 12 en plena subida, mi cuñado se descuelga. Yo voy bien de piernas aunque no estoy disfrutando de la carrera como debiera. Hasta meta, no sufro demasiado. Empiezo a mirar para atrás por si viene mi cuñado, pero ni rastro. Luego me comentaría que pego petardazo.
Acabo en 1.44,04. Casi 4 minutos más que el año pasado. Puesto 1252.
Mi cuñado lo hace en 1.49.07. Puesto 1691. Bastante mal. Dolores abdominales tuvieron la culpa.
Mi padre 1.53,06. Puesto 1976. Tampoco se le dio bien.
Constan 2.02,02. Puesto 2528. Casi igual que el año pasado.
Una carrera durísima, que me ha dejado secuelas. Estamos a jueves y todavía no he salido a entrenar. Y no tanto por que las piernas no responden, sino porque no me apetece. Acabé cansado de subir tantas cuestas.
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