Agradable sorpresa me he llevado con esta película argentina que me recuerda a estos futbolistas cancheros, talentosos pero con un punto sucios y marrulleros. Dos vecinos enfrentados por el agujero que uno de ellos quiere hacer en su fachada. Uno, muy cool y culturamente exquísito. Cuando empiezas a ver la película te sientes cercano a él. Es el "normal". A medida que avanza el metraje te vas dando cuenta de que no es más que un boludo con infulas de genio. El otro, como dice mi compañero, es un "Mala Madre", vasto, aspero, un patan que parece se va a liar a ostias a las primeras de cambio.
Con el transcurrir del metraje, los valores evolucionan hasta desembocar en un final sorprendente, que reconozco me pilló con el pie cambiado, y hasta tuve que echar mano del replay para enterarme de la jugada. Es lo que pasa con el talento, que muchas veces pasa desapercibido. Muy, pero que muy recomendable.
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