Hacía tiempo que no veía cine asiático. Lo intenté con Confessions, una película japonesa donde también se trata el tema de la venganza, pero no me cuajo y no le encontré alicientes, así que a la media hora pase a otra cosa que con todo lo que hay que ver no está el tiempo para perderlo. No descarto intentarlo otro día. Como decía, que me pierdo, me encontraba vago ante la perspectiva de ponerme delante de un puñado de orientales. Que lejos quedan mis tiempos donde me devoraba toda la filmografía de Kim Ki-Duk.
Pero nunca es tarde para retomar las buenas costumbres y las comparaciones con una de mis obras favoritas del cine coreano "Old Boy", me han llevado a ver este "I saw the devil" o "Encontré al diablo". Y que decir?, pues que he disfrutado como hacía tiempo. Disfrutar es un decir, porque viendo este film, se sufre y mucho. Es fuerte, muy fuerte. Con escenas de estas que se te quedan marcadas y amenazan con mandarte a la lona fruto de un incipiente mareo. Para el recuerdo me quedará siempre ese corte del talón, lento, lento, haciendo sufrir a nuestro psicópata, y como le atraviesan los mofletes con un hierro. También infinidad de golpes, sangre, y nada de arrepentimiento. El eje del film es la venganza y como para conseguirla, el marido de una mujer violada y asesinada se debe convertir en una persona muy parecida al monstruo al que persigue.
Estamos ante una mezcla entre la saga Saw y sobre todo Seven. La escena en la que se va a entregar el psicópata recuerda mucho a las escenas finales de Seven. Para mí gusto, el final hubiera sido distinto. Yo hubiera hecho que el protagonista se hubiera comido vivo al psicópata, empezando por pies, manos, cabeza...no, la cabeza para el final, cuanto más tiempo sufra mejor. Si alguno ve el film, ya sabrá porque digo que la mejor forma de acabar del jodido psicopata este hubiera sido devorado. Pero el final elegido tampoco es malo, aunque no es lo mejor del film. Las interpretaciones de los actores brutales, en especial el actor que ya salía en Old Boy armado con un martillo sacaclavos (que recuerdos). Una gran película para estómagos fuertes y para mentes un poco enfermas como la mía.
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