He visto el programa entero "Grindhouse" tal y como nos la han querido vender la pareja ( Tarantino y Rodriguez ). De Planet Terror, me ahorro el comentario. Me parece intrascendente, sosa, sin chispa. Con Quentin la cosa cambia.
El pobre Robert Rodriguez no tendría que hacer filmes para que se vieran conjuntamente con los de su colega. Uno es el amigo gracioso y pesado que no se come nada y acaba siempre borracho y el otro es el guaperas que todas las noches duerme acompañado, aunque llamar a Tarantino guaperas resulta un poco osado. Rodriguez lleva toda la vida haciendo lo mismo, vampiros, extraterrestres, zombies y aunque en algunos momentos ha divertido, ya cansa. Tarantino empezó con dos obras maestras "Reservoir Dogs" y "Pulp Fiction", y luego ha venido haciendo lo que le ha dado la gana, pero siempre cambiando, reciclándose, buscando nuevas formas inspiradas en sus viejos maestros, Leone, Don Siegel..
El argumento de Death Proof es simple. Un asesino implacable, a lomos de su coche de especialista "a prueba de muerte", busca chicas para matarlas. No tiene pasado, no tiene razones. En una primera parte el encuentro con las chicas acaba de forma brutal, entendiendo el choque como la culminación del acto sexual. El ritmo del segundo encuentro lo marcan las chicas, más sensual a bordo de su Dodge Challenger del 70. Son dos formas de sexo, fetichismo de pies y baile de la mariposa incluido y en las dos disfruta el especialista Mike.
Por lo demás, en esta película volvemos a elementos recurrentes del universo tarantiniano, ya vistos y mencionados en otras películas, como las hamburguesas kajuna, o la furgoneta que llevaba Uma Thurman en Kill Bill. Además nos encontramos con otro actor resucitado, Kurt Rusell, aunque a mi me parece que se encuentra a años luz del John Travolta de Pulp Fiction. Persecuciones de coches de treinta minutos, diálogos afilados, y situaciones un punto horteras. Tarantino sigue en forma.
Lo mejor: La intención de recuperar una clase de cine ya descartado.
Lo peor: ese final, un malo malote como el especialista Mike no se merecía acabar suplicando clemencia ante sus tres víctimas. Hay que morir con dignidad como Vincent Vega en Pulp Fiction.
El pobre Robert Rodriguez no tendría que hacer filmes para que se vieran conjuntamente con los de su colega. Uno es el amigo gracioso y pesado que no se come nada y acaba siempre borracho y el otro es el guaperas que todas las noches duerme acompañado, aunque llamar a Tarantino guaperas resulta un poco osado. Rodriguez lleva toda la vida haciendo lo mismo, vampiros, extraterrestres, zombies y aunque en algunos momentos ha divertido, ya cansa. Tarantino empezó con dos obras maestras "Reservoir Dogs" y "Pulp Fiction", y luego ha venido haciendo lo que le ha dado la gana, pero siempre cambiando, reciclándose, buscando nuevas formas inspiradas en sus viejos maestros, Leone, Don Siegel..
El argumento de Death Proof es simple. Un asesino implacable, a lomos de su coche de especialista "a prueba de muerte", busca chicas para matarlas. No tiene pasado, no tiene razones. En una primera parte el encuentro con las chicas acaba de forma brutal, entendiendo el choque como la culminación del acto sexual. El ritmo del segundo encuentro lo marcan las chicas, más sensual a bordo de su Dodge Challenger del 70. Son dos formas de sexo, fetichismo de pies y baile de la mariposa incluido y en las dos disfruta el especialista Mike.
Por lo demás, en esta película volvemos a elementos recurrentes del universo tarantiniano, ya vistos y mencionados en otras películas, como las hamburguesas kajuna, o la furgoneta que llevaba Uma Thurman en Kill Bill. Además nos encontramos con otro actor resucitado, Kurt Rusell, aunque a mi me parece que se encuentra a años luz del John Travolta de Pulp Fiction. Persecuciones de coches de treinta minutos, diálogos afilados, y situaciones un punto horteras. Tarantino sigue en forma.
Lo mejor: La intención de recuperar una clase de cine ya descartado.
Lo peor: ese final, un malo malote como el especialista Mike no se merecía acabar suplicando clemencia ante sus tres víctimas. Hay que morir con dignidad como Vincent Vega en Pulp Fiction.
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