Película compleja, rodada de un modo teatral, consiguiendo realzar las buenísimas interpretaciones de los actores.
Un colegio es el escenario en el que se desata la batalla entre una rígida directora (grande Streep) y un renovador sacerdote (Hoffman en su linea). Una joven profesora será el vehículo por el que lance su ataque la primera hacía el segundo con ocasión de unas sospechas de abuso fundadas en unos pírricos indicios.
La duda esta ahí. Y lo que la curiosidad nos lleva es a querer saber si abuso o no, pero esa no es la cuestión. El tema principal es si con una certeza equivocada o no, se puede llegar a modificar la realidad. Lo estamos viendo actualmente en una sociedad excesivamente mediatizada donde asistimos a batallas encarnizadas entre grupos mediáticos lanzando acusaciones cada uno al bando contrario. Unas veces se demuestra que tenían razón y otras se olvidan con el paso del tiempo. Pero el daño hecho en su momento es irremediable.
Película grande, que incita a la reflexión y como no, a la duda, que no viene mal de vez en cuando.
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