Sarah Polley, la menuda actriz musa de Isabel Coixet ha elegido un tema para su debut tras las cámaras por el que muy pocos hubieran apostado, el cambio que experimentan las relaciones entre una pareja de ancianos cuando la mujer se ve afectada por el alzheimer.
El punto fuerte del film son las interpretaciones de los protagonistas, Julie Christie, que acaparó todos los premios posibles, menos el Oscar y Gordon Pinsent, desconocido actor para nosotros, que borda su papel de marido en un primer momento desorientado, luego comprensivo y en todo momento enamorado de su mujer.
Sarah Polley abusa de ciertos tics que ensombrecen el film, como esa directora de la residencia que la hacen parecer odiosa sin necesidad, y su contrapunto la enfermera cómplice del marido y rebosante de comprensión. Demasiado irreal todo.
Ya que tenemos a Isabel Coixet perdida en su mundo de gafas rosas y compresas ( Su anterior film "La vida secreta de las palabras" me pareció un bodrio de cuidado), esperamos que Sarah Polley, marque su propio camino y consiga hacer cine sin tantos edulcorantes.
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