El 21 de diciembre tocaba correr sólo. Nos fuímos Raquel, mi enano y yo a Vitoria, en parte para conocer la ciudad y en parte para disputar su media maraton. Iba sin muchas expectativas, ya que había estado bastante acatarrado hacía una semana y no había podido entrenar todo lo que me hubiese gustado, así que me lo planteé sobre todo como una oportunidad de disfrutar tranquilamente por una ciudad desconocida para mí.
Fuimos a recoger el chip el sábado por la tarde. Bastante frío, aunque se podía soportar. El domingo amaneció buen día, unos 7 º. Me fui solo a la linea de salida, y tras un solitario calentamiento y la ultima meada de rigor, me puse en la salida.
Se da la salida y voy bastante atrás. Intentó adelantar por los laterales, pero cuesta. A los 2 km, ya he adelantado al globo de 1,40, y me encuentro bien, así que hay que arriesgar. Veo a Raquel y a Lucas. Sigo dándole todo lo que puedo. El km. 10 lo paso en poco más de 45 minutos. La cosa va bien. El recorrido es llano, aunque siempre hay alguna pequeña pendiente. Hacía el km. 15 veo la posibilidad de batir mi marca bastante cercana, pero también mis fuerzas se empiezan a agotar. Los últimos km. son muy sufridos en especial desde el 18 al 20. Al final llegó en 1.35,32, segunda vez que bato mi marca este año. Una carrera muy bien organizada por una ciudad que parece diseñada para el corredor.
Luego comida con caldito incluido y viaje de vuelta para casa, conduciendo Raquel y yo echándome la siesta con Lucas que para eso me lo había ganado.
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